Cuando hablamos de «entrenar al cerebro», pensamos directamente en actividades y ejercicios mentales como sudokus, crucigramas o sopas de letras y lo cierto es, que la conexión entre el cuerpo y la mente es mucho más fuerte de lo que creemos.
El ejercicio físico favorece la liberación de neurotransmisores
Los neurotransmisores son unas sustancias químicas esenciales en la comunicación neuronal, y por tanto, en el intercambio de información entre neuronas. La actividad física y el deporte hacen que aumente la segregación de serotonina, noradrenalina y dopamina; neurotransmisores que afectan directamente al placer, la gratificación, la atención, el aprendizaje y la motivación.
Por otro lado, además, la actividad física estimula factores de crecimiento, supervivencia y diferenciación de las neuronas, a la par que favorece la neurogénesis, creación de neuronas, concretamente en el hipocampo. También, al mejorar la comunicación entre neuronas, favorece la neuroplasticidad y, a su vez, sustenta el aprendizaje y la memoria.
Ejercicio físico regular, actividades intelectuales, ocio y alimentación equilibrada. Las claves de un cerebro en buena forma.
La actividad física y el deporte, no solo mejoran nuestras capacidades cognitivas, también nos hace tener la sensación de que «podemos con todo» al aportarnos un extra de energía natural, incluso cuando nuestra mente ya no puede más.
Sin embargo, los expertos coinciden en que para tener un correcto bienestar físico y mental, hay que conseguir encontrar el equilibrio de una manera saludable. Generalmente, la mejor estrategia es aunar ejercicio físico regular, actividades intelectuales, ocio y una alimentación equilibrada en tu día a día. Además, si aprendemos a vivir con estos hábitos desde la juventud evitaremos el riesgo cerebro vascular y otras enfermedades neurológicas.
En definitiva, con el ejercicio y el deporte aumenta la conexión entre el cuerpo y la mente, algo que se traduce en que nuestra sensación de autosuficiencia, autoconfianza y autoestima crece considerablemente. Por esto resulta esencial promover la actividad física desde la infancia ya que nuestro cerebro se desarrolla en paralelo al movimiento.